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FÚTBOL: MADURACIÓN Y RENDIMIENTO


Seguramente a todos los que hemos jugado al fútbol nos ha pasado que nos hemos enfrentado a gente que parecía que tenían 4 años más, aunque fueran de la misma edad. Con esta entrada quiero explicar que consecuencias puede tener esto en el rendimiento futuro y en la detección de talentos.




Contextualización


El fútbol es una de los deportes más practicados a nivel mundial, tanto por niños, adolescentes o adultos, lo que hace que haya una gran diversidad de nivel entre ellos. Todos empiezan con una ilusión muy grande fijándose en sus ídolos pero, sólo unos pocos llegan al alto rendimiento y, aún menos, a la élite.

En esta entrada voy a centrarme en las categorías de formación, en las que el niño está en pleno desarrollo integral. No solamente para mejorar sus aptitudes como futbolista, sino también para desarrollarse actitudinal y emocionalmente.

Según los datos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el número de licencias que hubo en la temporada 2016-2017 de jugadores comprendidos entre benjamín a cadete ha sido de 469.125 niños y 21.012 niñas.

Esto sugiere que, gracias a la cantidad de niños que se presentan, se debe de tener en cuenta una cuestión básica que trataremos a lo largo de esta entrada, el pico de velocidad de crecimiento (PVC).



Fútbol


Como ya sabemos, el fútbol es un deporte con un componente físico, técnico y táctico importante.

Existen acciones de alta intensidad, durante mucho tiempo y con gran desgaste muscular por la cantidad de contracciones excéntricas que hay (Apostolidis, Mougios, Smilios, Rodosthenous, & Hadjicharalambous, 2019). Es un deporte de equipo de carácter intermitente con mezcla de acciones a alta intensidad y periodos de tiempo a baja intensidad. Cobra gran importancia tanto el trabajo aeróbico como el trabajo anaeróbico (Martín, et al., 2013; Apostolidis, et al., 2019), además, la fuerza es de vital importancia para poder soportar cambios de dirección, deceleraciones, aceleraciones, aterrizajes, saltos y pequeños contactos en el suelo aplicando mucha fuerza en poco tiempo como puede ser el sprint (Thorpe & Sunderland, 2012; Castillo, Domínguez, Rodríguez & Raya, 2019).

El componente técnico y táctico, son aspectos determinantes en el juego debido a la cantidad de acciones de este tipo durante un partido, así como la correcta toma de decisión.

Cabe destacar, también, el factor psicológico en el alto rendimiento y fútbol base (Larkin, & O´Connor, 2017), ya que es en estas edades donde se forma de manera integral la persona y adquiere una serie de comportamientos claves para su vida personal en el futuro. Este aspecto no se tiene muy en cuenta normalmente, pero todo lo que nos rodea nos afecta directamente en nuestros comportamientos y acciones en el campo.



Efecto de la edad relativa


El efecto de la edad relativa, en inglés relative age effect (RAE) se refiere a una distribución parcial de las fechas de nacimiento dentro de un grupo de edad determinado. Cada trimestre (4 trimestres al año) se dividen con la letra “Q” (Q1-Q2-Q3-Q4). Lo que nos indica esta distribución es que nacer antes o después, dentro del año natural, puede tener un efecto negativo o positivo sobre diferentes aspectos del rendimiento del niño. Para que se entienda, un niño de enero tiene 10 meses de ventaja (en cuanto a la maduración) sobre un niño nacido en octubre, y ya sin pensar en uno de diciembre. Los dos niños van a jugar en la misma categoría, pero con desventajas entre ellos.

En cuanto al fútbol se refiere, podemos observar este efecto, gracias al estudio de Yagüe, Molinero, Alba y Redondo (2020), en el cual se elaboró un registro de 2130 jugadores de diferentes categorías (menores de 12, menores de 14, menores de 16, menores de 19 y profesionales) de 9 equipos pertenecientes a la Liga Española de Fútbol Profesional durante la temporada 2015-2016, y se pudieron extraer los siguientes datos:


Se puede observar como se han tenido más en cuenta a las personas nacidas a principios de año y menos a las nacidas después. ¿Tendrá esto relación con la condición física y maduración del jugador? ¿Estamos hablando de simple coincidencia?



Pico de velocidad de crecimiento (PVC)


El pico de velocidad de crecimiento (PVC) es la edad en la que se alcanza mayor ratio de crecimiento y es un marcador de maduración somática (Lloyd, et al., 2014).

Antes de profundizar un poco más, se debe conocer la diferencia entre edad cronológica y edad biológica:

  • Edad cronológica: el número de años que han pasado desde el nacimiento de una persona.

  • Edad biológica: determina el grado de maduración del organismo.

Siguiendo con el PVC, este indicador nos diferencia entre (Lloyd, et al., 2014):

  • Madurador temprano: el PVC se alcanza un año o más antes de la edad promedio establecida para el sexo en cuestión.

  • Madurador normal: el PVC se acerca (1>-0-<1) a la edad promedia establecida por el sexo en cuestión.

  • Madurador tardío: el PVC se alcanza un año o más después de la edad promedio establecida para el sexo en cuestión.

En la siguiente imagen (Lloyd, et al., 2014), se puede observar la diferencia entre la edad cronológica y la biológica de madurador temprano y tardío, tanto en hombres (izquierda) como en mujeres (derecha).

Para que se vea de una manera más esquemática, adjunto la siguiente imagen del mismo autor:

En esta imagen se puede observar el PVC de un niño con una maduraciñon temprana (early), promedio o normal (average) y tardío (late). Como veis, la diferencia, en este caso entre el tardío y el temprano es de 4 años.

Que un niño sea madurador temprano nos indica que se ha desarrollado antes que un madurador tardío, es decir, que a misma edad (por ejemplo, fecha de nacimiento 1-9-2005) uno ya ha desarrollado mucho más que otro. Uno parece que tiene 18 años y el otro parece que aún tiene 11. Es un ejemplo con extremos para que se entienda, pero que sí ocurre en estas edades, por lo que, como se puede deducir, no es justo.

Mismo caso pasaría con las niñas, las cuales desarrollan, de media, dos años antes que los niños.



¿Cómo influye esto en el rendimiento?


Imaginaros el mismo ejemplo de antes, pero en Asturias. El niño que maduró antes (el cual llamaremos Pedro) tiene unas características que le permiten destacar por encima del resto de jugadores en el campo, como puede ser sobre el niño que aún no ha madurado (que lo llamaremos Pablo).

En este caso, Pedro mide 1´75cm y pesa 67kg y Pablo 1´50 y pesa 45kg. Pedro se le ve muy superior por lo que destaca entre todos los jugadores del campo. Sin embargo, Pablo, no destaca tanto pero se ve que tiene un buen manejo de balón, buen posicionamiento en el campo y, además, anima y trasmite de forma correcta las ideas del entrenador a sus compañeros. Los ojeadores del Sporting y el Oviedo, que están en la grada, se fijan en Pedro porque ha ganado el partido él solo, pero se olvidan de Pablo, ya que su equipo perdió 5-1. Pedro va para uno de los equipos punteros de Asturias y Pablo se mantiene en el equipo de su zona.

Después de 3 años, Pedro ya no destaca tanto y es Pablo el que lo hace. ¿Por qué pasa esto? Efectivamente, uno destacaba por sus condiciones físicas y el otro por sus condiciones técnicas, tácticas y actitudinales. Una vez que se igualaron físicamente y madurativamente uno es superior a otro. Sin embargo, Pedro lleva ya entrenando 3 años en las mejores condiciones, con los mejores entrenadores y con los mejores cuidados, cosa que Pablo no ha podido disfrutar. ¿Qué hubiera pasado si Pablo hubiera recibido el mismo entrenamiento que Pedro durante 3 años?


Una revisión sistemática de 70 documentos, llevada a cabo por Sarmento, Anguera, Pererira y Araújo (2018), muestra una serie de indicadores para poder identificar talentos en el fútbol, sin sólo fijarse en la condición física. Los resultados del estudio indican que los jugadores más exitosos presentan ventajas técnicas, tácticas, antropométricas (composición corporal y medidas físicas), fisiológicas y psicológicas que cambian de manera no lineal con la edad, el estado de maduración y las posiciones de juego.


Lo que quiero que se entienda es que estos problemas se podrían evitar teniendo más en cuenta el PVC y otros indicadores más reales en cuanto al rendimiento del niño.



Conclusiones


Tanto el efecto de la edad relativa como el PVC van de la mano.

El efecto debe reducirse. No puede ser que por nacer en diciembre (Q4), juegues en mejores equipos que uno que nace en enero (Q1). Esto se puede evitar si se tiene en cuenta la maduración de los jugadores.

Por lo tanto, la tendencia futura que tienen que incluir los ojeadores o entrenadores de estos equipos deberá ser atender más al proceso de maduración del niño, gracias al PVC, para así reducir este efecto de la edad relativa y que se equiparen los jugadores de un cuartil y otro. De esta manera no habrá tanta diferencia entre los que nacen antes (Q1) con los que nacen después (Q4), siendo así más justos con todos los niños.

A día de hoy, y gracias a la literatura científica, tenemos grandes herramientas para trabajar en ello.



Puedes ver una entrada relacionada en la web de Clínica de Fisioterapia Sandra Villa Sánchez, pinchando aquí.

O bien, viendo todo su contenido: https://clinicasandravillasanchez.es/


Espero que te haya gustado,

gracias por leerme,

un saludo



Referencias

  • Apostolidis, A., Mougios, V., Smilios, I., Rodosthenous, J., & Hadjicharalambous, M. (2019). Caffeine Supplementation: Ergogenic in Both High and Low Caffeine Responders. International Journal of Sports Physiology and Performance, 14(5), 650-657. doi: 10.1123/ijspp.2018-0238.

  • Castillo, D., Domínguez, R., Rodríguez, A., & Raya, J. (2019). Effects of Caffeine Supplementation on Power Performance in a Flywheel Device: A Randomised, Double-Blind Cross-Over Study. Nutrients, 11(2), 255. doi: 10.3390/nu11020255.

  • Lloyd, R., Oliver, J., Faigebaum, A., Myer, G., & De Ste Croix, M. (2014). Chonological age vs. Biological maturation: implications for exercise programming in youth. Journal of Strenght and Conditioning Research, 28(5), 1454-1464. doi: 10.1519/JSC.0000000000000391.

  • Martín, G., Latorre, J., Martin, F., Montoro, J., Montoro, F., Diéguez, M., & Mosquera, A. (2013). Evolución de la preparación física en el fútbol. Revista Iberoamericana de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, 2(3), 10-21. Recuperado de https://riuma.uma.es/xmlui/bitstream/handle/10630/7321/PFF_Araguez_Latorre.pdf?sequence=1&isAllowed=y

  • Real Federación Española de Fútbol (2017). Licencias de futbolistas por temporada. Recuperado de http://cdn1.sefutbol.com/sites/default/files/rfef_memoria_2017_licencias.pdf

  • Sarmento, H., Anguera, T., Pereira, A., & Araújo, D. (2018). Talent Identification and Development in Male Football: A Systematic Review. Sports medicine (Auckland, N.Z), 48(4), 907-931. doi: 10.1007/s40279-017-0851-7.

  • Thorpe, R., & Sunderland, C. (2012). Muscle damage, endocrine, and immune marker response to a soccer match. Journal of Strength and Conditioning Research, 26(10), 2783-2790. doi: 10.1519/JSC.0b013e318241e174.

  • Yagüe, JM., Molinero, O., Alba, JA., & Redondo, JC. (2020). Evidence for the Relative Age Effect in the Spanish Professional Soccer League. Journal of human kinetics, 73, 209-218. doi: 10.2478/hukin-2019-0145.


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